Los caudales o aguas que llevan los ríos proceden de la precipitación recogida en sus cuencas, tanto en forma de lluvia como de nieve
Podemos considerar dos niveles medios de caudales en los ríos, el nivel de estiaje, mantenido durante los meses mas secos y el nivel de crecidas que es el producido durante la época de deshielos o precipitaciones. Durante el periodo seco los ríos se alimentan del agua que circula subterráneamente en el suelo y aflora en las zonas de descarga de los acuíferos, en este caso en el mismo cauce. Este flujo subterráneo, que no depende a corto plazo de las precipitaciones producidas en la cuenca, sino que se mantiene más o menos constante como consecuencia del agua retenida en el acuífero, constituye el caudal base de los ríos que no se secan en verano.
En las épocas de lluvias o después de una tormenta, los ríos incrementan su caudal base debido a los nuevos aportes de agua que recogen, bien directamente y de forma rápida a través de la precipitación que cae sobre el propio río, a través de la escorrentía superficial (el agua que circula sobre el suelo), o bien de forma retardada por la escorrentía subterránea o subsuperficial (en ambos casos agua que penetra en el suelo y circula a través del mismo)
De los ríos suele ser conocido su nacimiento, recorrido y desembocadura, sus afluentes y las ciudades o pueblos por los que pasan pero estos datos poco nos dicen de su verdadero funcionamiento.

Medidas que definen el comportamiento hidrológico de un río:
Caudal: Es la cantidad de agua que fluye por un río en un punto determinado. Podemos medirla anualmente (aportación anual, en hectómetros cúbicos/año), en un momento determinado (caudal absoluto, en metros cúbicos por segundo) o en relación a su cuenca de captación (caudal específico o relativo, en litros por segundo y kilómetro cuadrado).
Irregularidad: Las variaciones que experimenta el caudal de un río a lo largo de los años se refleja en el coeficiente de irregularidad, dividiendo el caudal medio anual más elevado del periodo que nos interese por el más bajo. Cuanto más cercano a la unidad más regular será nuestro río.
Variaciones mensuales o estacionales: Es el dato que mejor caracteriza al régimen fluvial. Suele reflejarse en un gráfico en el que se representan los caudales mensuales de todo el año.
Crecidas y estiajes: Son los caudales que los ríos llevan en circunstancias excepcionales, como fuertes lluvias o sequías prolongadas.
Las avenidas son un fenómeno natural de los ríos y dependen de la capacidad que la cuenca tenga para retener y regular el agua caída sobre ella. En parecidas condiciones de precipitación y tamaño, una cuenca cubierta de vegetación y con suelos y rocas con gran capacidad de retención de agua producirá mucha menor avenida que otra deforestada y con las rocas desnudas. Además las cuencas cubiertas de vegetación ejercen un importante papel en la retención de los materiales sólidos arrastrados por el agua lo que reduce considerablemente las consecuencias de la riada. Los daños producidos por las avenidas dependen , no tanto de su magnitud como del tipo de ocupación del suelo inundado (actividades agrícolas, industriales, infraestructuras, poblaciones humanas, etc.…).
Para caracterizar una avenida es necesario tener en cuenta el volumen de agua desaguado en un tiempo determinado y el caudal máximo, pero también la frecuencia con la que se repite (periodo de retorno).
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